Textos sin cuarto propio

Poco antes del atardecer con toda la comitiva decidimos coronar nuestra escapada de verano yendo a la isla perdida, la que estaba entre el río y el mar argentino. La isla no estaba muy lejos, así que no caminamos mucho. El matrimonio Laurence-Puls iba al frente, con Luis clavando la caña de pescar en la arena, Úrsula y Bruno, siempre inseparables, iban juntitos, con Simón en el medio. Lo tomaban de la mano como si fuese su protegido. Yo iba con mis papás, en el medio también. Finalmente, pusimos los pies en la llamada isla perdida. Ya estaba atardeciendo, y el sol metiéndose por el agua cristalina, perfecta, formaba el espectáculo más hermoso. “Pero Margot, un espectáculo es en un escenario, con vestuarios y coreografías”. Detesto cuando algunos dicen eso.

Pienso en las cosas bellas con las que hemos sido bendecidos (incluso sin merecerlo) cosas como: los amaneceres, atardeceres, el silbido de las ramas de los árboles en un día de viento. Las verdaderas monadas del universo son cosas como esas.

Nos sentamos ahí, en la isla, mirando al imponente mar argentino que se abría ante nosotros, al sol que se iba a dormir y al horizonte, tan misterioso.

-Papá ¿qué es esa raya que está ahí, delante del sol?- pregunté.

-No es una raya, bellita- me respondió papi.

-Es Uruguay, otro país.

-Guau. ¿Nos podemos ir caminando hasta Uruguay, papi?

Pero no fuimos a Uruguay. Tampoco corrimos con ansiedad a buscar los bolsos. Solamente nos quedamos ahí, sentaditos, mirando el cielo… y ya planeando nuestra próxima aventura.

Semblanza

Mara Poppa Chávez Boassi (La Plata, Argentina). En 2021 fue finalista del concurso literario Cazacuentos, con la historia “El Bebé y el Zorro”. En 2023 escribió “Mi Babette” y otras novelas cortas. Después de ese año comenzó a escribir “Selenys del Eclipse”. Actualmente escribe un libro de cuentos en el que se incluye “La historia del río”.