EL BESO A MNEMÓSINE

En esta entrega del blog colaboramos con @unos_traguitosfilosoficos, quien nos comparte acerca de cómo Ishiguro utiliza la pérdida de la memoria de todo un pueblo para trazar la novela de “El gigante enterrado”: La memoria es una capacidad que presentan los seres vivos y que les permite sobrevivir y adaptarse a su entorno. En filosofía…

Funes el memorioso de Borges muestra el caso de un hombre que puede recordarlo todo. Cada experiencia, cada suceso, cada detalle de manera que su vida es un presente absoluto. Es lo que Wittgenstein mencionaba sobre la eternidad, la cual para el filósofo austriaco, se podía entender como intemporalidad. Si todo se recuerda, todo está presente. Funes en este caso vivía en la eternidad.  

Sin embargo, este hecho en la vida real es posible, aunque muy difícil que ocurra. La hipermnesia es la cualidad que presentan algunas personas de poder retener una gran cantidad de elementos de información en la memoria. Es recordar los sucesos y la cantidad de experiencias que la mayoría de las personas olvidarían de forma normal.  

Sin embargo, las personas que tienen está cualidad no pueden olvidar traumas o sucesos desagradables. Más que ello almacenar una gran cantidad de información ocasiona que quienes no pueden olvidar tengan mayor demanda de energía para su cerebro, lo cual significa mayor fatiga.  

Puede decirse, como hacen algunos psicólogos, que la pérdida de memoria es una capacidad que permite al cerebro crecer y sanar. Olvidar es una función necesaria del cerebro. Borges lo entendía, lo que no podía decirse de Funes, quien podía pensar, ya que este proceso conlleva la capacidad de olvidar y contrastar diferencias. Mientras que recordarlo todo, tal como hacía Funes, significaba almacenar mucha información que no podía abstraerse y configurarse como algo nuevo.  

Platón describía la función de la memoria como el aspecto cognitivo que permitía al ser humano recuperar los recuerdos del conocimiento al que accedía el alma al morir y acercarse al reino de las Ideas. No concebía que el alma recordara lo que veía por su paso en el mundo de las Ideas, pero desde esa perspectiva la alegoría de Platón no se aleja de los mitos griegos. En algunas inscripciones funerarias de la Grecia del sigo IV a. c. se mencionaba la historia de los ríos Lete y Mnemósine; al morir las almas tenían que beber del rio del olvido para volver a iniciar una nueva vida, mientras que los que bebían del río de Mnemósine recordarían sus vidas pasadas al reencarnar.  

Fotografía: Medusa librería

Hoy la memoria como capacidad mental se explora a la manera de las experiencias de vida y el carácter que se forman las personas. En la novela, El gigante enterrado (2015) , Kazuo Ishiguro hace un acercamiento a la memoria que recuerda a una búsqueda por nuestras motivaciones y anhelos. Resulta común considerar que la memoria está atada al pasado, como si se asociara al tiempo, sin embargo, el autor nos presenta a la memoria como un elemento intemporal que permea todo lo que se encuentra a su paso tal como el aliento de Querig, el dragón cuyo aliento hace que las personas olviden los sucesos de sus vidas y las guerras que Arturo deseaba que nadie recordara. 

La memoria es en esta novela es el símbolo del poder, ya que quien controla los recuerdos controla a los subditos. La memoria también es esperanza, la cual se ve reflejada en la motivación de los ancianos Axl y Beatrice quienes al no recordar a su hijo emprenden su último viaje en su búsqueda.  

Lo que la novela de Ishiguro logra presentarnos es la idea de que nuestros recuerdos personales están conectados con la historia de nuestro mundo. Los personajes que aparecen en esta historia simbolizan la voluntad de los seres humanos por mantener sus recuerdos presentes. En este sentido, es importante señalar que Axl, Beatrice o Funes tienen en común es que la memoria funciona como un puente que conecta la historia de vida de cada uno con su presente.  

En este sentido, no podríamos asociar a los recuerdos, volátiles y frágiles a la incompletitud, permitiendo a las personas desarrollarse y desear, mientras que la memoria prodigiosa puede presentarse como algo deseable y ser, no obstante, algo casi tan monstruoso que impide que podamos pensar y vivir.

 

Por: Traguitos filosóficos

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