Textos sin cuarto propio

Por: Jonathan Alcalá

Jonathan Alcalá nos presenta algunas preguntas y respuestas que se realizaron durante el conversatorio “El horror de la realidad” en el que participaron las escritoras Mariana Enríquez y Liliana Blum.

¿Por qué escribir sobre el horror si la realidad es horrible por sí misma? 

“Porque la ficción es un espacio seguro”, respondió Mariana Enríquez a esa pregunta. “Escribir sobre el horror no es ejercerlo.” 

El 24 de abril tuve la oportunidad de asistir a un conversatorio entre las escritoras Mariana Enríquez y Liliana Blum, celebrado en el Edificio Arróniz, en Guadalajara. Y aunque en nuestro presente la inmediatez hace que los hechos caduquen con rapidez, me gusta creer que quienes leemos nos resistimos, de algún modo, a la fugacidad de las cosas. El evento está en el pasado pero las ideas permanecen. 

Liliana Blum, ante la misma pregunta que respondió Mariana, dijo que no todos los libros son para todas las personas. Y que a final de cuentas alguien tiene que tocar temas incómodos como la pedofilia, pues no hacerlo es como voltear hacia otro lado y fingir que no existen. 

Estas son algunas respuestas de Mariana y Liliana. Procuré ser fiel a lo dicho por las autoras:   

¿Cuál es la estrategia para tomar algo de la realidad y llevarlo a la ficción? 

L: Todos tenemos una parte oscura. El deseo de venganza por ejemplo. Reconocer la parte oscura de cada uno. 

M: Reconocer la parte oscura y alejarse de la superioridad moral. La superioridad moral daña la lectura. La literatura no es para dar lecciones. Tener la habilidad de escribir no quiere decir que eso nos da la virtud. 

¿Cuál es el papel del humor negro en la obra de Liliana Blum?

L: Uso el humor negro siempre. Yo escribo como si nadie me fuese a leer. Si te preocupas por los lectores te ocupas de otras cosas.  

¿Cómo se refleja la cuestión política en la obra de Mariana?

M: Es una parte importante, no lo es todo, pero es importante. Mucho de la realidad social y política tiene que ver con el horror. Yo crecí con la dictadura. Gente que la negaba en los medios, por ejemplo. Eso es horror. 

El papel del cuerpo de la mujer como tema literario. 

L: El cuerpo de la mujer es víctima de la triada maldita: juventud, delgadez y belleza. La belleza es una moneda al aire. Para ser delgada según los estándares de belleza hay que pasar hambre todo el día. Y la vejez, nos volvemos invisibles a medida que pasa el tiempo. Mis personajes no se sienten a gusto en su cuerpo ni yo tampoco.  

M: El cumplido por excelencia a las mujeres es decirles que lucen más jóvenes. Necesidades creadas a partir de lo que exige el mundo. Hay algo de horror en todo eso. Las batallas contra el tiempo son parte de una guerra perdida. Los mandatos de la vejez son mandatos de castigo: no tuviste hijos, ahora lo vas a lamentar; tuviste hijos, si no te quieren es porque hiciste algo mal.  

¿Cómo influye el territorio en sus obras?. 

L: Estoy en contra del centralismo del país. Por eso hablo de Durango. Me resisto, escribir desde fuera es parte de la resistencia. Somos producto del lugar y el tiempo.  

M: Buenos Aires, por Cortázar, Borges, Piglia, por Silvina Ocampo, Roberto Arlt. Es una ubicación psicogeográfica. Cada lugar conserva la memoria de lo que pasó. Cada lugar es como un personaje. Cada español particular debe tener su literatura. 

Si llegaste al final del texto, gracias por tu tiempo y deja un comentario.

(Las fotografías pertenecen al autor del texto. Imagen de portada por Aleksandra Waliszewska.)Jonathan Alcalá, @_jonathan_alcala (Guadalajara, 1984). Es lector y escritor independiente. Un entusiasta de compartir lo que descubre a través de los libros. Es autor de los libros “Carta a Betsaida” y “En los brazos de Venus”.